¿Cómo descomprimir el déficit estructural y la ineficiencia en organizaciones obsoletas?
Primero, el alcance golpea directo a los gobiernos abultados en operadores públicos; y segundo a las empresas y organizaciones intermedias que dependen de funcionarios u operadores sin competencias para ejecutar el cargo, o que simplemente, recurre a la ausencia laboral, por lo cual las respuestas a las solicitudes ciudadanas o empresariales serán demoradas o simplemente nulas.
Segundo, a claras luces estamos en presencia de la practica más constante a nivel organizacional, tanto de gobiernos como de organizaciones. La política, la colusión y el lobby, ha logrado degradarse al extremo, para transformarse en la practica, en el enemigo más grande de la Democracia, los Ciudadanos, la Economía y la Justicia.
Tercero, como ciudadano con derecho a voto, elijo y elegimos a nuestros representantes, lo cual legitima toda mala practica desde el momento que el mismo sistema se protege a si mismo, anulando a los actores que ejercen el control de legalidad o dentro de una empresa u organización, negociar fuera de protocolo o abusando de este, para beneficiar algunos privilegiados. Esto mismo ocurre en los gobiernos. El enemigo finalmente está dentro de la estructura y no es que las personas actúen de mala fe desde un inicio. El problema radica que los protocolos y controles internos son manejados antojadizamente según conveniencia o color político y el rebaño es excesivamente obediente a estas practicas extra-regulatorias, por asimilación, conveniencia y temor.
Cuarto, tomando los anteriores considerandos, sabiendo que el abuso está infiltrado en las entrañas y los mecanismos de control soslayados, violados y en obsolencia de procedimiento… que alternativa tenemos a mano? ¿Tenemos mecanismos de control y trazabilidad de todos y cada uno de los actos de administración en cualquier organización?